Carta a una amiga (S.)

21:17 0 Comments A+ a-

Hoy hace 365 días que no estás. Un año. 365 días en donde tu presencia me faltó. Tu falta me desgarró. Te necesito. Acá, conmigo. ¿Cómo es posible que de verdad pasó todo esto? ¿Qué de verdad ya no estás y nada de esto es una simple pesadilla? Me gustaría despertar de esa pesadilla, S. Te extraño, ¿sabes? Como nunca. Extraño todo. Cada momento que pasamos juntas. Cada piña cariñosa que me pegabas. Cada risa, cada chiste, cada pelea, cada momento compartido.
Eras tan linda. Tan adorable. Tan buena persona. Y tan sufrida. Está claro que las mejores personas son las que más les toca sufrir en el mundo. No te merecías nada de lo que te pasó. Esos dolores que hicieron saltar tus lágrimas. Vos te merecías más. Mucho más. Y ahora ya no estas. No estas para que recibas todo eso que mereces. Todo eso que mereces vivir. Y no estás acá y no es tu culpa no estar acá. Hasta no sé si la culpa es de quien apretó el gatillo. Quizás sólo sea obra del destino, que te tendrías que haber ido. Pero..., ¿por qué? ¿Cuál fue la razón? ¿Qué mal le hacías a este mundo? Sí todos te amaban. Te aman. Tu hermanito... Eras la luz de sus ojos para esa pequeña criatura de tres años. Tu hermana mayor... Eras su compinche. ¿Y tu hermana menor? Ella hacia todo lo que vos hacías. Era tímida, como vos. Ahora está más suelta, siguiendo los pasos de su otra hermana porque no te puede copiar a vos. ¿Y qué hago yo? ¿Qué hacen las chicas? Pues lloramos. Te extrañamos como nunca. Y te juro, que siempre hay un momento incómodo entre nosotras, mínimo, muy poco notable, pero está ahí, en donde no nos sentimos bien, algo falta, algo está incompleto. Y esa falta sos vos. Te necesitamos con nosotras. Reír a carcajadas en grupo ya no es igual sin tu risa. Hacer bromas ya no es lo mismo. Nada es igual. Ni siquiera mirarnos la una a la otra. La remamos como podemos porque vos nunca nos dejaste caer y no lo vamos a hacer ahora. Aunque hay días en que no se puede. Y lo único que estoy segura que todas queremos es retroceder este maldito año que pasó y salvarte. Prohibirte salir afuera. Así quizás esa bala no te hubiera pegado y arrebatado de nosotros. S. te extraño, maldita sea. Te necesito. Mucho. Por Dios, ¿por qué no estas? ¿Por qué? Perder un amigo es perder una parte de vos. Es cómo perder una parte de tu cuerpo. No me arrepentiré nunca de haberme hecho el tatuaje que me hice por vos. NUNCA. Siento que te tengo cerca. Que me acompañas, me ves y que me recordas estés dónde estés. A esta amiga hinchapelotas con la que no parabas de pelear. ¿Mi primo Miguel? ¿Bambi? ¿Te acordás? Ja, ja. Jamás voy a olvidar esos momentos, boluda.

Te quedaron tantas cosas por vivir. Tantas. Tantos planes. Tantas cosas por hacer... Tenerte como amiga fue una de las mejores cosas que me pasó. Agredezco a la vida haberte conocido. Y te agradezco que me hayas aceptado como amiga estos... ¿seis, siete años? Ya ni me acuerdo. Nunca me negaste tu amistad. Una vez me dijiste que era una persona muy importante para vos, ¿y sabes qué? Recuerdo que me emocioné, porque nuestro lazo de amistad se había fortalecido. Y vos me querías. Así tan idiota y llena de conflictos. Me querías. Tanto como yo te quería. Dicen que los amigos son la familia que uno elige. Pues que buena elección que hice con vos.

Hasta siempre, amiga.

A.P.S (como me solías firmar vos).

Te amo, S. Demasiado. Nunca te voy a olvidar. Nunca.

Atte, Vani